miércoles, 17 de febrero de 2016

Los camellos de la droga

Decenas de miles de personas en nuestro país se dedican a la venta al por menor de todo tipo de drogas: cocaína, heroína, grifa, hachís, LSD, anfetaminas, speed y éxtasis, entre otras. En el argot, quienes tienen como oficio esta actividad reciben el nombre de camellos, aunque también son llamados dílers, anchoas y burros (éste ultimo término se utiliza preferentemente en Méjico).

El empleo de camello como sinónimo de traficante de drogas a pequeña escala tiene su origen en una picaresca que se extendió entre los vendedores de los años veinte del siglo pasado. Cuando intuían una situación de peligro o la posibilidad de ser descubiertos por la policía, los traficantes escondían la mercancía debajo de sus ropas, generalmente en la espalda, a la altura de la cintura. De ahí que empezaran a ser conocidos como camellos, aunque quizás hubiera sido más correcta la denominación de dromedario, por lo de una única joroba.

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